miércoles, 7 de octubre de 2009

ANÁLISIS DE GESTION DE CONAP


Un análisis del último año de la gestión ambiental en Guatemala, síntesis de la entrevista realizada a Juventino Gálvez, ex Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP)

Con la creación en 1989 del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) le da un impulso sin precedentes a la conservación in situ de áreas de enorme valor natural y estratégico para el país.
“Se supuso que el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas incluyera las áreas naturales más importantes de Guatemala, pero sobre todo, que se les asignara una categoría de manejo de acuerdo a las circunstancias que rodean el espacio natural en cuestión (técnicas, sociales, económicas, políticas). Así, se diseñaron zonas para la conservación estricta, y otras que podían ser utilizadas para fines productivos respetuosos.

Esta idea supone, a mi criterio ( SR. Gálvez), una buena alternativa para la conservación de ecosistemas valiosos, ajustada a la realidad guatemalteca.
Durante mi estancia en CONAP, fue usual encontrar en el grueso de actores, una percepción errónea sobre la temática ambiental; se veía como algo marginal, y sobre todo como un asunto sectorizado”.

Debe señalarse que la gestión de CONAP era demasiado empírica lo cual provocaba que el trabajo fuera de mala calidad según opinión del señor Gálvez calidad. Hasta 1998 el CONAP tenía debilidades evidentes, como la falta de un plan operativo aún en las mínimas expresiones, la falta de presupuesto acorde al nivel de compromiso institucional (aun persiste), una gran cantidad de deudas que habían provocado que los proveedores no estuvieran dispuestos a dar más crédito. Pero sobretodo no había un planteamiento explicito acerca de la visión estratégica de la gestión de la biodiversidad in situ para el país.

“Las agencias donantes internacionales controlaban qué financiar, a quién y cómo, sobre todo porque no tenían confianza en la capacidad de los funcionarios de la institución para llevar a cabo la gestión de las áreas protegidas. Creo que esto era generalizado para muchas instancias gubernamentales en sus relaciones con la Comunidad Internacional. En otras palabras, aunque CONAP existía, era una institución totalmente desarticulada, con poco liderazgo, de accionar errático y dependiente del financiamiento y de la visión política de estas agencias”.

Al final de un año y medio de gestión, desde mediados de 1998 hasta finales de 1999, por primera vez se le dio seguimiento coordinado al problema de los incendios forestales; se realizaron varios estudios técnicos básicos y necesarios para profundizar en el conocimiento del Sistema de Áreas Protegidas - como el de la situación del pinabete en Guatemala, el valor económico del sistema, las políticas de manejo de áreas protegidas, el procedimiento de monitoreo, el estudio del conjunto volcánico de Guatemala, las políticas de turismo, de investigación y de manejo forestal, entre otros - y de esa manera administrarlo con mayores elementos de juicio. También se logró abrir la discusión de la actividad petrolera en áreas protegidas, asunto que hasta entonces era patrimonio exclusivo del Ministerio de Energía y Minas. La profesionalización del equipo técnico fue un hecho sin precedentes, lo que ayudó mucho a darle impulso al trabajo. Y sobre todo, se ordenó la información existente y se estableció una línea base, que nos permitiera saber qué avances o retrocesos se habían tenido en el trabajo de la institución.

“Todo eso hoy se ha perdido. La escasa o nula relevancia otorgada a la gestión ambiental integral por las mas altas autoridades del gobierno y el desmantelamiento institucional, ha provocado que los avances que se habían conseguido anteriormente (una década) hayan desaparecido, como por arte de magia, en menos de un año. Los técnicos, casi en su totalidad, han dejado de trabajar para CONAP. En lugar de fortalecerse en todos los ámbitos, la institución perdió, con la creación del Ministerio del Ambiente, toda su capacidad de gestión autónoma. Las amenazas de invasiones en la Reserva de la Biosfera Maya son hoy mayores que nunca. Los acuerdos de reubicación de los pobladores que están en las áreas protegidas, y que tanto costaron negociar en beneficio colectivo, se han interrumpido. Las inversiones en ciertas áreas prioritarias están a cero. Las concesiones forestales industriales en la Reserva están sin control y a la deriva. Los convenios de administración conjunta de áreas protegidas se han estancado o están en zozobra. La institucionalización de todos los procesos que fueron iniciados durante la gestión anterior están paralizados. Para colmo de males, las organizaciones civiles están débiles y políticamente anuladas, por lo que no están generando contrapeso para lograr que esta situación se revierta.

Desafortunadamente un año y medio no dio lo suficiente como para que la gestión que realizó todo mi equipo de trabajo se pudiera consolidar. Hoy, poco más de un año después de la entrada del nuevo gobierno, la institucionalidad ambiental esta anulada y los ejemplos de retroceso son variados. La cooperación internacional vuelve a no tener confianza en la institución, el desmantelamiento técnico y financiero es evidente, existe desorden administrativo.

La institución aún se puede reconstruir, pero es desalentadora la sensación de que en estos momentos es muy difícil, pues no existe la voluntad política de hacerlo. Muchas personas de mis alrededores comentan que en el momento actual vamos a tener que defender con uñas y dientes lo poco que queda, para que en una próxima gestión de un nuevo gobierno podamos empezar la reconstrucción del CONAP. Yo espero que esto no sea así.

Que alguien se de cuenta de la importancia de contar hoy con un CONAP consolidado y fuerte, que permita afianzar para el futuro la conservación de las áreas protegidas de Guatemala. Esto trasciende las buenas intenciones de algunas personas que aun están en estas instituciones, pues el respaldo requerido en finanzas, seguridad, fortalecimiento técnico, entre otros, debe ser proveído por las mas altas autoridades del gobierno”.

INTRODUCCION
Las áreas naturales protegidas son uno de los patrimonios más valiosos que tenemos las y los guatemaltecos; que le pertenece también a las generaciones que vienen después de nosotros; las cuales son importantes para el bienestar de lo demás habitantes de Planeta Tierra. El valor de las áreas naturales es inestimable, y radica en que son fuente de vida. Recibimos de ellas innumerables beneficios directos, y garantizan nuestra seguridad climática y alimentaría.
Por eso, en casi todos los países del mundo se ha declarado urgente la protección de las áreas naturales más importantes, y a éstas se les ha llamado áreas protegidas. En Guatemala, existen leyes que fueron decretadas para conservar ese patrimonio nacional. Sin embargo, las estamos perdiendo inexorablemente; las tendencias actuales señalan que dentro de muy poco no tendremos áreas naturales protegidas, por lo cual seremos realmente un país mucho más pobre y no tendremos opciones para el futuro. Eso significa que necesitamos cambiar radicalmente la manera como estamos haciendo las cosas. Se necesitan voluntad política y vigilancia ciudadana, para asegurar que esas leyes se cumplan. El futuro dependerá de los que logremos hacer, compartiendo las responsabilidades y los derechos que nos corresponden como ciudadanos y como funcionarios públicos.

OBJETIVOS
General:
Aprender sobre los conceptos de las áreas protegidas de Guatemala
Específicos:
Definir el concepto de áreas protegidas
Describir las funciones de CONAP
Realizar un análisis de la gestión de del SIGAP
Analizar los efectos de la política agraria y de refugiados a las áreas protegidas y reservas naturales

CONCLUSIONES
Las área silvestres protegidas son todos aquellos territorios terrestres o acuáticos, administrados de una manera especial, los cuales tienen por objeto la conservación, el manejo racional y la restauración de la flora, la fauna y sus interacciones con recursos culturales.
El Consejo Nacional de Áreas Protegidas fue creado a partir de la promulgación por el Congreso de la Republica La Ley de Áreas Protegidas su principal función es el de conservar una diversidad biológica por medio de áreas protegidas y mantener la generación de servicios ambientales, para el desarrollo del país así como diseñar y ejecutar política, estrategias, y normas para el control adecuado de dichas áreas.
El SIGAP esta conformado por las áreas protegidas y, las entidades que las administran independientemente de su categoría de manejo o de efectividad de manejo. Posee alrededor de 91 áreas protegidas en general que fueron declaradas ara proteger bellezas escénicas, rasgos culturales o para proteger vegetación o fauna silvestre.
El uso de tierras forestales del Estado para la realización de actividades agropecuarias, conlleva a la sustitución de los ecosistemas forestales por agroecosistemas en suelos que, en su mayoría, son de vocación forestal,esto causa un daño en el ecosistema y los agricultores no ven solución a su problema porque utilizan inadecuadamente la tierra por no contar con instrumentos técnico-financieros.

RECOMENDACIONES
Crear conciencia en los guatemaltecos para participar en el cuidado de los recursos con los que se cuenta, ya que de las áreas protegidas se cuentan los volcanes y parques los cuales son visitados pero mal tratados por dichos visitantes.
Buscar la manera de mejorar las políticas ya que actualmente esta protegido únicamente el 28% del territorio nacional. Por lo menos un 50% de las tierras guatemaltecas debieran manejarse con criterios ecológicos; bajo las categorías más livianas de protección, en un modelo en el que la gente tenga participación directa en las acciones de conservación de las tierras en que habitan.
Capacitar a los agricultores para seguir utilizando las tierras forestales pero con técnicas avanzadas con las cuales se logre un equilibrio y respeto por la naturaleza. Utilizando cooperación de países como Israel el cual cuenta con estudios avanzados de agricultura en suelos forestales.

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